La diputada federal Adriana Dávila refrenda su intención de competir por la presidencia del PAN, y para pavimentar la ruta hacia su objetivo se ha entrevistado con liderazgos y militantes.
En 2009, recuerda, se inconformó con el entonces presidente del PAN, Germán Martínez, porque se privilegiaban las designaciones y renunció a la cartera de Vinculación con la Sociedad.
«Hoy es lo mismo: con la actual dirigencia todos los miembros de la Comisión Permanente vienen de designaciones. Los órganos ya no son deliberativos, son el pase automático para algo. Pareciera que quien tiene el control del padrón, es el que va ser el presidente», deplora.
Fue la única consejera que se opuso a que el PAN fuese coaligado a la elección presidencial de 2018. El año pasado, Dávila forzó al diputado petista Gerardo Fernández Noroña a ofrecerle una disculpa pública después de haberla insultado en un foro legislativo.
«Pongo al escrutinio público mi trayectoria, hay quienes conocemos al PAN desde sus entrañas, y hay quienes quieren ver a un partido del siglo 21, no uno del 39 (año en que se fundó). Dentro del partido estamos siendo incongruentes porque le exigimos al Presidente López Obrador que no centralice todo, pero en el CEN se centralizan todas las decisiones. Necesitamos vivir la democracia interna para tener cara y salir con toda la fortaleza ante los ciudadanos», plantea.
Ex candidata al Gobierno de Tlaxcala, ex senadora, Dávila sostiene que, como está y como se presenta el blanquiazul, no tiene la mejor cara frente a los ciudadanos.
«Lo ciudadanos requieren un partido preparado para entender problemas de hoy, no que vean por el retrovisor todo el tiempo. Ya salieron a anunciar los tres dirigentes de los partidos que va a haber coalición en 2024. Qué incentivo hay para la militancia, a la que invitas a afiliarse, si ya tomaron la decisión desde el centro».
Rumbo a la elección interna prevista para mediados de noviembre próximo, Dávila le apuesta a la militancia, para evitar un arreglo cupular a favor de Marko Cortés, quien pretende la reelección.
«¿Cómo fue la elección pasada? Se ponen de acuerdo todos los gobernadores e imponen al secretario general (Héctor Larios), y luego se pone de acuerdo la dirigencia saliente y pone a Marko como presidente. Y luego los ex gobernadores ponen al coordinador de los diputados (Juan Carlos Romero Hicks). Entonces, ¿para qué eres militante?. Yo le apuesto a la militancia valiente, a la libre, para no repetir el mismo modo».
¿Por qué quiere liderar al panismo?
Porque tengo la formación política necesaria, porque llevo 26 años conociendo este partido desde el fondo, y es importante que haya un instrumento fuerte, congruente para este País.
¿Qué balance tiene sobre la gestión de Marko Cortés?
No quisiera calificar. No quisiera cometer el mismo error que comete López Obrador: hablar del pasado. Tenemos que ver cómo vamos a enfrentar el 2022, el 2023 y el 2024. Debemos ver cómo tener una institución que sea capaz de entender los tiempos. En los órganos del partido sólo se vota y no hay discusiones, sólo levantas la mano.
¿Qué cara le daría al PAN?
Tenemos que recuperar la ética pública, un partido que viva en democracia, que no le tenga miedo, que es una oportunidad para reencontranos, que regrese la deliberación y que la pluralidad no sea algo que tengamos que esconder. No es posible que tengamos un padrón cuya media de edad es la mía, 50 años de edad. No tenemos alternativa para las mujeres, somos catalogados como un partido machista.
En su diagnóstico, Acción Nacional ha sido omiso en la formación de liderazgos, amén de que no ha logrado impulsar una agenda propia.
«Quien marca la agenda hoy es el Gobierno federal. Salimos a hablar de López Obrador todo el tiempo, pero el partido se tiene que fortalecer como institución en las entidades federativas. ¿Por qué se dice que el PAN no tiene liderazgo? Porque nos desdibujamos: le dimos la razón al Presidente al decir que somos los prianistas, aunque el verdadero PRIAN esté en Morena.»
