Hubo fuegos artificiales dentro y fuera del campo en Anfield.
Mientras que los aficionados reunidos afuera del estadio iluminaron el cielo con la pirotecnia, el Liverpool y Chelsea proporcionaron sus propios momentos explosivos en un emocionante duelo que incluyó ocho goles.
Un triunfo por 5-3, antes de recibir el trofeo de campeón de la Liga Premier y con goles de ocho jugadores distintos, constituyó una forma agradable para que el Liverpool despidiera la temporada en Anfield el miércoles.
Con la derrota, el Chelsea de Frank Lampard necesita sumar un punto en su último partido de la temporada, el domingo ante el Wolverhampton, para asegurar su clasificación a la Liga de Campeones.
El Liverpool se había cerciorado desde hace tiempo de conjurar la sequía de 30 años sin títulos de liga. Sólo el parón de tres meses en la temporada por la pandemia de coronavirus retrasó su coronación.
“No sé cuando se irá este… virus”, dijo el técnico Jürgen Klopp, intercalando una palabra soez en su declaración. “Pero entonces tendremos una fiesta todos juntos. Asegúrense de estar listos para eso”.
